Descarga: 10.1097/MD.0000000000029358
Revista: Medicine
2022 Factor de impacto 1.889
Resumen:
El síndrome post COVID-19 parece ser independiente de la gravedad de la enfermedad aguda y la respuesta humoral. La participación del sistema nervioso autónomo (SNA), expresada por disautonomía, ha sido hipotetizada como contribuyente. Varios estudios han asociado los efectos terapéuticos de los anestésicos locales (AL) a su acción sobre el SNA. Hasta donde sabemos, este es el primer informe de inyecciones terapéuticas con AL vinculadas a una mejoría clínica en un paciente con síndrome post COVID-19.
Sintomatología y diagnóstico:
Se trata de un hombre de 54 años con síntomas posteriores a COVID-19 que duraron 14 semanas, incluidos fatiga, dificultad para respirar, diarrea, dolor muscular y labilidad emocional.
Intervenciones y resultado:
Se realizaron inyecciones de procaína al 0,5% en el ganglio estrellado (GS) y el ganglio esfenopalatino (SPG), y en puntos clínicamente relevantes del cuero cabelludo, tórax y abdomen, 3 veces durante 3 meses. El paciente refirió mejoría progresiva y se encontraba asintomático al finalizar el tratamiento. Se suspendieron los medicamentos prescritos. La puntuación de la Encuesta de Salud de Forma Corta de 36 Elementos (SF-36) mostró una mejora significativa en todos los dominios de SF-36.
Conclusión:
Las dosis subanestésicas de AL, inyectadas en puntos clínicamente relevantes, condujeron a una resolución rápida y completa de los síntomas en este paciente con síndrome post COVID-19. Las inyecciones de AL dirigidas pueden tener beneficios terapéuticos en síndrome post COVID-19 y en otras enfermedades crónicas relacionadas con el estrés y la inflamación.
Comentario:
El síndrome de Long COVID-19 o post-COVID-19 no se comprende bien, ya que afecta a los sobrevivientes de COVID-19 en todos los niveles de gravedad de la enfermedad, incluso a adultos más jóvenes, niños y personas con baja o nula sintomatología inicial. Si bien puede faltar una definición precisa de COVID prolongado, los síntomas más comunes informados en muchos estudios son fatiga y disnea que duran meses después de un COVID-19 agudo. Otros síntomas persistentes pueden incluir deficiencias cognitivas y mentales(niebla mental), dolores en el pecho y las articulaciones, palpitaciones, mialgia, disfunciones del olfato y el gusto, tos, dolor de cabeza y problemas gastrointestinales y cardíacos. El la base del síndrome post COVID puede estar el daño tisular a largo plazo (p. ej., pulmón, cerebro y corazón) o la inflamación patológica (p. ej., por persistencia viral, desregulación inmunitaria y autoinmunidad). Los factores de riesgo asociados pueden incluir sexo femenino, más de cinco síntomas tempranos, disnea temprana, trastornos psiquiátricos previos y biomarcadores específicos (p. ej., dímero D, PCR y recuento de linfocitos), aunque se requiere más investigación para corroborar dichos factores de riesgo. Si bien la evidencia preliminar sugiere que el entrenamiento de rehabilitación personalizado puede ayudar a ciertos casos prolongados de COVID, los medicamentos terapéuticos reutilizados de otras afecciones similares, como la encefalomielitis miálgica o el síndrome de fatiga crónica, el síndrome de taquicardia ortostática postural y el síndrome de activación de mastocitos, podrían tener potencial, aunque hasta el momento no tengamos un tratamiento estandarizado y efectivo (1).

Una descripción general de los síntomas, la fisiopatología putativa, los factores de riesgo asociados y los posibles tratamientos involucrados en la COVID prolongada. Nota: Las líneas discontinuas representan áreas donde la evidencia es relativamente escasa en comparación con las líneas no discontinuas (1).
Esta publicación de Informe de un caso, supone otro pasito más en la construcción del edificio de la Terapia Neural. Cuando apenas se están planteando tratamientos efectivos para el tratamiento del síndrome post COVID más allá del uso empírico de paracetamol o AINEs, las vías que se abren dependen del conocimiento de las interacciones del sistema nervioso autónomo, la alteración de la microbiota, las disfunciones mitocondriales o el papel que juegan vitaminas y antioxidantes en el metabolismo celular.
Algún día, alguien nos explicará el porqué del uso de paracetamol de forma sistemática en el tratamiento de pacientes positivos para COVID, incluso asintomáticos.
El trabajo de Vinyes et cols describe con claridad la intervención de los anestésicos locales en la modulación de los numerosos síntomas que acompañan a una disfunción del sistema nervioso vegetativo, conocida como disautonomía. Razona la localización de las infiltraciones en función de una historia de vida del paciente y explica como los anestésicos locales inciden en cada ámbito de la disautonomía: inflamación, dolor, fatiga, tensión arterial, humor o reactivación de procesos virales.
Propone una visión integrativa de la enfermedad y de su tratamiento, valorando el papel de los anestésicos locales, más allá de su efecto anestésico y se publica en una revista cuyo nombre no puede ser más genérico y holístico: Medicine
Como debilidad, encuentro que los datos analíticos del paciente, obtenidos entre la segunda y tercera sesión de terapia, hubieran aportado más luz al caso si hubiera unos iniciales y otros tras completar el tratamiento.
Vinyes y su equipo nos ponen ante el espejo al realizar un trabajo de investigación simple, con escasos medios, en el extremo opuesto del ensayo clínico aleatorizado, a doble ciego, pero que está en la base misma del avance médico. Tal es así que existen algunas revistas dedicadas exclusivamente a informes de casos, como el Journal of Medical Case Reports, destacando su importancia en la literatura moderna (2).
Un informe de caso puede describir una etiología inusual, un trastorno inusual o desconocido, un diagnóstico diferencial desafiante, un entorno inusual para la atención, información que no se puede reproducir por razones éticas, características clínicas inusuales o desconcertantes, procedimientos técnicos mejorados o únicos, interacciones, reacciones adversas raras o novedosas a la atención, o nuevos conocimientos sobre la patogenia de la enfermedad (3,4). El síndrome post COVID empieza a ser común, sin dejar de ser desafiante o desconcertante y el enfoque de terapia con anestesia local parece, hoy por hoy, singular.
Esperemos que cunda el ejemplo y se publiquen nuevos informes de casos tratados con este enfoque, que sienten las bases de estudios más ambiciosos.
Bibliografía:
2 – Carleton, H. A., & Webb, M. L. (2012). The case report in context. The Yale journal of biology and medicine, 85 (1), 93.