Revista: European Journal of Pain
2014 Factor de impacto: 2.928
Resumen:
Antecedentes: Los pacientes con síndrome de dolor musculoesquelético incluyendo fibromialgia (FM) se quejan de dolor crónico en los tejidos profundos, incluidos los músculos. Las investigaciones anteriores sugieren la relevancia de la entrada del impulso doloroso desde los tejidos profundos para la clínica de la fibromialgia. Planteamos la hipótesis de que el bloqueo de la entrada de dicho impulso anormal con lidocaína intramuscular disminuiría la hiperalgesia primaria y secundaria y el dolor clínico de los pacientes de FM.
Método: Se inscribieron 62 mujeres con FM en un estudio controlado, doble ciego, de tres grupos que recibieron 100 o 200 mg de lidocaína, o inyecciones de solución salina en los músculos trapecio y glúteo. Las variables del estudio incluyeron hiperalgesia por presión y calor, así como dolor clínico. Además, los factores placebo como la ansiedad de los pacientes y la expectativa de alivio del dolor se utilizaron como predictores de la analgesia.
Resultados: La hiperalgesia mecánica primaria en los hombros y nalgas disminuyó significativamente más, después de la inyección de lidocaína que con la solución salina (p = 0,004). Se obtuvieron resultados similares para hiperalgesia por calor secundario en los brazos (p = 0,04). Después de las inyecciones musculares, el dolor clínico de la FM disminuyó significativamente en un 38%, pero no fue estadísticamente diferente entre lidocaína y solución salina. Los factores analgésicos relacionados con placebo (por ejemplo, las expectativas de los pacientes de alivio del dolor) representaron el 19,9% de la varianza del dolor clínico después de las inyecciones. La ansiedad relacionada con la inyección no contribuyó significativamente a la analgesia del paciente.
Conclusión: Estos resultados sugieren que las inyecciones musculares pueden reducir de forma fiable el dolor clínico de la FM y que se requiere entrada de impulso periférico para el mantenimiento de la hiperalgesia mecánica y térmica de los pacientes con FM. Mientras que los efectos de las inyecciones musculares sobre la hiperalgesia fueron mayores para la lidocaína que para la solución salina, los efectos sobre el dolor clínico fueron similares para ambas sustancias.
Comentario:
Aunque no es la metodología de trabajo de la terapia neural, el trabajo del doctor Roland Staud es interesaante por varias razones.
Es experimental, doble ciego, controlado, y los investigadores han insistido en correlacionar los resultados con las expectativas de los pacientes en función de si pensaban que habían recibido medicación o placebo.
Compara lidocaína con suero salino para delimitar qué parte de la mejoría es atribuible al fármaco y cual a la mecánica de la punción.
Trata de determinar la aportación del efecto placebo en la mejoría percibida, dado que en todos los procedimientos de la terapia del dolor aparece este factor de confusión con un impacto variable sobre los resultados de las pruebas. En este caso, sólo la contribución de las expectativas de alivio del dolor fueron estadísticamente significativas, atribuyendose casi un 20% de la mejoría percibida.
La debilidad del trabajo se encuentra en que sólo se reclutaron mujeres para el estudio y en que el efecto analgésico no se testó más allá de los 30 minutos, lo que hubiese sido muy interesante (hay abundante literatura sobre los efectos analgésicos de los anestésicos locales que se prolongan en el tiempo cuando ya ha cesado su capacidad de bloquear los potenciales de acción en la membrana neuronal). También se señala que las inyecciones de lidocaína tienen principalmemte un efecto local y no sistémico, ya que la reducción del dolor se limitó a algunas áreas corporales y no fue global.
Roland Staud, es profesor de Reumatología e Inmunología clínica en la UF Universidad de Florida.