Revista: Case Reports in Neurological Medicine
2015 Factor de impacto: ?
Resumen:
Describimos a un paciente con neuralgia glosofaríngea (izquierda) progresiva grave (GPN) de tres años de evolución, que no respondía adecuadamente a varias terapias farmacológicas. La aplicación de spray de lidocaína a la pared faríngea posterior no proporcionaba más que un alivio a corto plazo. Aparte de una gran cicatriz de amigdalectomía hipertrófica en el lado izquierdo, todas las observaciones clínicas y radiológicas fueron normales. En términos de anestesia local terapéutica, el tejido cicatricial de la amigdalectomía hipertrófica fue completamente infiltrado con el anestésico local (LA) procaína al 1%. El paciente ha estado casi completamente libre de dolor desde entonces, y el spray de lidocaína ya no es necesario. Seis semanas después del primer tratamiento, una repetición de la infiltración de la cicatriz de amigdalectomía llevó a la resolución completa de todos los síntomas. El paciente sigue totalmente asintomático y sin necesidad de tomar ningún medicamento por más de dos años y medio. Es el primer reporte de una terapéutica exitosa en la infiltración de una cicatriz de amigdalectomía usando una LA en un paciente con GPN que ha sido refractario al tratamiento médico durante varios años. Una posible explicación puede ser que el bucle de retroalimentación positiva que mantiene una inflamación neurogénica, se interrumpe y el “dolor de origen simpático” mantenido, se resuelve mediante la infiltración de un anestésico local.
Comentario:
Nuevamente Lorenz Fisher, desde el departamento de Terapia Neural de la Universidad de Berna (Suiza), publica un caso clínico tratado con inyección de procaína en un área cicatricial, con buenos resultados. Como en otras ocasiones, el paciente presenta un cuadro de dolor neurálgico de larga evolución (3 años), que no responde a la terapia habitual (Lamotrigina, oxcarbazepina, corticoides o lidocaína tópica) y en la que se tiene en cuenta la cicatriz amigdalar, con muy buenos resultados.
Además de buscar la explicación fisiopatológica, el autor entra a valorar la capacidad de la procaína como agente estabilizador de la membrana, antiarrítmico, relajante muscular, espasmolítico, estimulador de la perfusión, antiinflamatorio, vasodilatador, simpático y parasimpaticolítico.